Cuando tu trabajo requiere espacio, pero tu estudio no lo tiene
La creatividad no cabe en una sola habitación. Y eso lo saben bien los profesionales de la decoración y el interiorismo. Cada proyecto exige muebles, textiles, objetos decorativos, muestrarios, iluminación, herramientas, catálogos…
Pero la mayoría de estudios y despachos no están diseñados para guardar todo eso. Y utilizar tu vivienda personal no es una opción a largo plazo.
La solución más lógica, económica y flexible es alquilar un trastero. Un espacio neutro, privado y adaptable, que se convierte en tu centro de operaciones silencioso.
Por qué un trastero puede ser tu mejor aliado creativo
- Espacio para guardar piezas entre obras, cuando desmontas una casa para redecorarla o esperas que acaben las obras, puedes almacenar sofás, lámparas, alfombras o mobiliario sin depender del cliente o de plazos inciertos.
- Organización de material por proyecto, cada trabajo es distinto, y necesitas mantener separados los materiales. Con estanterías y etiquetas puedes crear un sistema eficiente y personalizable.
- Área para stock de confianza, muchos interioristas tienen proveedores o fabricantes habituales con productos que funcionan. Tener un pequeño stock disponible te permite cerrar presupuestos más rápido.
- Accesibilidad total, si trabajas con urgencias, necesitas entrar un domingo por la noche o recoger una pieza a las 7 de la mañana, el acceso 24/7 que ofrecen muchos trasteros te lo permite.
Cómo usar un trastero como extensión de tu estudio
No necesitas alquilar una nave industrial para ganar funcionalidad. Con 3, 4 o 5 m² bien organizados puedes lograr:
- Un espacio por cliente o proyecto
- Una zona para embalaje o desembalaje
- Un rincón para preparar moodboards o kits de presentación
- Almacén para tus catálogos, dosieres y materiales promocionales
Lo importante es pensar en vertical, clasificar por colores, texturas o estilos, y aprovechar cada centímetro.
Perfil profesional que más partido le saca
- Interioristas freelance con varios proyectos al mes
- Decoradores que colaboran con inmobiliarias o reformas
- Escaparatistas o visual merchandisers
- Organizadores de eventos de decoración efímera
- Diseñadores que trabajan con artesanía, restauración o mobiliario a medida
Todos ellos manejan volumen y fragilidad… y necesitan orden sin pagar una fortuna por ello.
¿Y si el cliente quiere ver los materiales?
Muchos profesionales utilizan su trastero como una pequeña sala de exposición improvisada.
Colocan estanterías, iluminación LED, y crean un entorno donde mostrar paletas de color, probar combinaciones o montar el “antes y después” de un proyecto en desarrollo.
No sustituye un showroom, pero da más control y profesionalidad en fases tempranas.
¿Es mejor que un almacén tradicional?
Sí, por estas razones:
- Contratos sin permanencia
- Posibilidad de cambiar de tamaño según el momento del año
- Ubicación céntrica o cercana a zonas de alto valor inmobiliario
- Menores precios
- Seguridad incluida en la tarifa
Resumen, diseña sin límites, organiza sin estrés
La inspiración necesita libertad. Y para eso, necesitas espacio. Un trastero es más que un lugar donde guardar cosas: es una herramienta que potencia tu talento, ordena tu día a día y te permite enfocarte en lo que realmente importa.
Elige un espacio cerca de tus obras o clientes, organiza tu flujo creativo, y olvídate del caos logístico. Tus proyectos lo agradecerán… y tus clientes también.